Villahermosa 08 de febrero de 2024
Señores
Sindicato de maestros
ENSVI
De manera respetuosa con aquellos a quienes debo parte de lo que soy hoy en día, por sus luchas y logros a través de los años y con el cariño y la estima por gran parte de mis compañeros, siento qué es mi deber y derecho como persona libre, expresar mi sentir acerca del rumbo funesto que hoy toma el país ante la mirada pasiva de una gran mayoría y con el apoyo de quienes deberíamos ejercer un liderazgo critico sobre quienes nos gobiernan. Hoy FECODE se moviliza nuevamente, esta vez aduciendo, entre otras, persecución por parte de la fiscalía, ente acusador encargado de investigar el posible ingreso ilegal de dineros a través del hijo del presidente y el aporte de 500 millones de pesos por parte de FECODE no reportados a la campaña, lo que le podría significar la perdida de investidura al mandatario según el artículo 109 de la constitución política colombiana por haber violado los topes de financiación de campaña, queda la sensación de que la movilización convocada el día de hoy no es más que una artimaña para presionar a la corte suprema de justicia con el fin de que nombre un fiscal de bolsillo, que se haga el de la vista gorda ante las posibles irregularidades y delitos cometidos en las pasadas elecciones presidenciales y que aún se siguen cometiendo.
En cuanto a FECODE, muchos colombianos nos preguntamos si el sindicato que en antaño logro grandes beneficios para sus afiliados hoy no es más que un fortín político, un grupo de activistas que no se conmueven ante la realidad del país con tal de obtener réditos políticos y económicos, es la única forma de explicar el hecho de que nunca o por lo menos no en los últimos años se ha convocado una marcha contundente;
- Rechazando la legalización de las drogas que tanto daño le hacen a nuestros niños y jóvenes, realidad que vivimos a diario en nuestra comunidad.
- Rechazando el reclutamiento infantil, flagelo que precisamente conmemorábamos el día de ayer y donde nuestros niños son víctimas de los peores vejámenes, entre ellos, violaciones, abortos y fusilamientos.
- En contra de las reformas que le entregan las pensiones y la salud a los políticos, devolviéndonos décadas a un sistema con inmensas desigualdades y falencias que agravan la situación actual, por el contrario, se apoyan estos proyectos que dejarían a todos los colombianos inmersos en un sistema del que nosotros mismos somos víctimas y que al parecer muchos vivieron pero ya no recuerdan.
- En contra de la corrupción y el despilfarro que se vive en este gobierno y que nos condena a todos a pagar impuestos cada día más caros a pesar de que mucho se dijo que un gobierno sin corrupción se ahorraría 50 billones de pesos al año, esto hace pensar que solo era una mentira y que en gobiernos anteriores no hubo corrupción, o que este es el más corrupto de todos. Entre muchos otros.
Incluso, el año pasado, cuando en hechos aislados fueron asesinados varios docentes, en un caso atroz uno de ellos con su familia, nunca hubo movilizaciones, como si estos compañeros por no tener valor político no merecieran justicia.
Como docente son muchas las preguntas y reparos a este sindicato que tal parece ha dejado a un lado la lucha por las grandes causas que aquejan a los colombianos y por ende al gremio al que pertenecemos por emprender otras que, aunque nos benefician en el presente a quienes gozamos de un nombramiento en propiedad, condenan y frenan las aspiraciones de quienes hoy asisten a las aulas con la ilusión de ser en un futuro cercano nuestros compañeros o remplazos o el reemplazo de muchos otros profesionales, además, de ser nuestra labor cada día más cuestionada por la sociedad.
Si bien es cierto y concuerdo en que cada generación debe afrontar sus propias luchas en procura de su bienestar, me parece egoísta que ante la pequeñez de la vida humana pensemos solo en la estabilidad del presente y del futuro inmediato, sentenciando a generaciones enteras al infortunio de tratar de sobrevivir sin poder gozar de las cosas bellas que nos da la vida.
Con sinceridad espero que el embeleco de expertos oradores y aduladores no nos conduzcan a la trampa de hipervalorar una estabilidad que solo depende de la irracionalidad de una persona para volverse efímera y que sin el sustento del oro en los bancos no es más que una cuestión de perspectiva.
Que el “caballito de Troya” de invocar palabras como justicia, igualdad, paz, clases sociales y de muchas veces utilizar a nuestros niños y jóvenes como pretexto para servir a intereses personales de quienes alejados de la realidad “de la Colombia profunda” como diría el hoy presidente, y que muchas veces terminan en desilusión por los tratos pactados bajo la mesa, no desdibujen los logros alcanzados con dolor y sufrimiento por quienes nos antecedieron.
Ojalá con nuestras acciones no estemos ayudando al presidente de la republica a cometer una flagrante violación al principio de separación de poderes desencadenando una ola de violencia y agudizando los problemas de polarización que solo sirven a aquellos que se valen de la democracia para llegar al poder y una vez allí, se convierten en déspotas Maquiavélicos capaces de cualquier cosa para mantener su estatus.
Como docente, socorrista y veterano de la fuerza pública siempre estaré del lado de los más vulnerables, de los que hacen grande a Colombia con esfuerzo y dedicación, de los que piensan en el hoy, pero, también en el mañana, “con las botas puestas” por las nobles causas, al servicio de todos, sin ser servil a nadie.