El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este lunes que podría establecer conversaciones con el Gobierno de Venezuela, en un momento marcado por la creciente tensión regional debido a los operativos militares estadounidenses contra el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico.
El pronunciamiento se conoce horas después de que fuerzas estadounidenses destruyeran una embarcación en el Pacífico que, según información preliminar entregada por el comando militar, transportaba sustancias ilícitas. En la operación murieron tres personas que se encontraban a bordo. El hecho se suma a una serie de intervenciones marítimas que Washington ha intensificado en los últimos meses como parte de su estrategia para frenar las rutas del narcotráfico que conectan Suramérica con Centroamérica y México.
“Puede que tengamos algunas conversaciones con Maduro, y veremos cómo resulta. Ellos quieren hablar”, declaró Trump en respuesta a una pregunta sobre el estado de las relaciones bilaterales con Caracas.
Las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela se han mantenido durante años, particularmente por las sanciones económicas impuestas por Washington, así como por los señalamientos sobre presuntos vínculos de altos funcionarios venezolanos con el narcotráfico y la corrupción. Aun así, en varias ocasiones ambos gobiernos han tenido acercamientos puntuales para tratar temas migratorios, humanitarios y de seguridad.
La declaración de Trump llega en un momento en que la región observa con atención los movimientos militares estadounidenses en el Caribe y el Pacífico, donde se realizan patrullajes constantes con apoyo de la Guardia Costera y de agencias antidrogas. Aunque Washington insiste en que estas operaciones buscan interrumpir las rutas ilícitas, gobiernos aliados de Venezuela han cuestionado la presencia militar, considerándola una presión adicional sobre Caracas.
Por ahora, no existe un anuncio oficial de Washington o Caracas sobre la apertura de un canal formal de diálogo; sin embargo, las declaraciones del mandatario estadounidense sugieren una posible vía diplomática en medio de un ambiente regional cada vez más tenso.
