- El mandatario colombiano dijo desde Dubái que “uno u otro grado más en promedio se vuelve catastrófico para la existencia, no sólo humana, sino de toda la vida en el planeta».
El presidente Gustavo Petro Urrego dijo que, para la COP28, el planeta tenía que haber bajado la temperatura global de 2 grados a 1.5. “Naciones Unidas dice que ya vamos para 2.9. La senda de utilización de petróleo y carbón nos lleva hacia 3 grados centígrados».
“El objetivo era detenernos en 1.5 grados de crecimiento de la temperatura promedio en la superficie de la tierra respecto a cómo era el planeta antes de la Revolución Industrial, de 1750. 1.5 parece poco, ¿cierto? Para cualquier ciudadano o ciudadana del mundo. Resulta que eso cambia completamente el clima y cambia completamente las posibilidades de vivir en el planeta».
Esto se ve reflejado, explicó, en las temperaturas que alcanza en los meses de verano la ciudad de Dubái, que hoy alberga la COP28.
“Esta ciudad ya ha tenido 52 grados de temperatura. Es insostenible. El gran paraíso del capitalismo, que es Dubái, el turismo de los ricos del mundo, resulta que no es sostenible porque tiene temperaturas que pueden llegar a 60, 65 grados si no detenemos la gran chimenea del petróleo».
La COP28 “se tuvo que hacer en esta fecha porque si no, la temperatura de esta ciudad hubiera hecho imposible la compra. Aquí hay una enorme paradoja en el mismo punto donde estamos ubicados», señaló.
Ese crecimiento, explicó, “que pareciera tenue de la temperatura en uno u otro grado más en promedio se vuelve catastrófico para la existencia, no sólo humana, sino de toda la vida en el planeta».
El mandatario colombiano expresó una alerta: el mundo no puede continuar creyendo “que efectivamente no está pasando nada, que aquí no se calienta».
“Así está buena parte del mundo. Sin embargo, los intereses que hay alrededor de las enormes ganancias que salen de esa chimenea, tratan de ocultar la realidad, de desacelerar los cambios, que el mundo no se dé cuenta que estamos al borde de un abismo que lo produce la capa más rica de la población en todo el mundo, que está consumiendo demasiado carbono y por tanto usando demasiada energía fósil a punto de que la atmósfera ya no nos va a dar para poder vivir en el planeta».
Explicó que, para el caso de Colombia, un aumento por encima de 1.5 grados de temperatura pone en riesgo ecosistemas como los páramos.
“¿Sobrevivirá el frailejón que capta el vapor de agua y lo vuelve agua líquida y que es el agua que consume, por ejemplo, toda Bogotá? ¿Y qué pasa si se aumenta a 3, es decir, a 6 grados en los páramos? Puede ser una catástrofe para toda la sabana de Bogotá, para ciudades como Ibagué, como Valledupar, a ciudades como todas las de Boyacá, a la misma ciudad de Bogotá».
El límite para el planeta debe ser avanzar en la transición energética, enfatizó.
“Como todos nuestros países, tanto los ricos como en el que estamos, como los países pobres, siempre llevamos en el horizonte cada vez más allá la fecha final de la transición. Pues por eso es que estamos en la senda de los tres grados centígrados y no en la senda del uno y medio grados centígrados, tal como se estipuló en la COP de París», cuestionó.
Esa fecha definitiva “tiene que ser de cada vez menores niveles de consumo y explotación de petróleo y carbón hasta alcanzar el cero en la fecha determinada».
Por eso dijo que su llamado como presidente de Colombia es a profundizar el camino de la economía del futuro y eso implica “no firmar más contratos de exploración en carbón y petróleo y gas».
“Esto es de intenso debate en Colombia. No significa que nos quedemos sin el petróleo y sin el carbón, pues ya hay carbón, petróleo y gas en explotación y muchísimos contratos de exploración firmados antes en vigencia. Lo que no queremos es que se expandan más», concluyó.
El presidente Gustavo Petro hizo estas afirmaciones durante el lanzamiento del portafolio para la acción climática y la transición socio-ecológica y energía justa en Colombia, en el marco de la COP28 en Dubái.