Colombia enfrenta una situación compleja tras la reciente descertificación por parte de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. Esta decisión, anunciada el 15 de septiembre de 2025, ha generado preocupación en diversos sectores del país. La medida implica la reducción de la cooperación bilateral en áreas clave, incluyendo programas de desarrollo rural y medio ambiente, que han sido fundamentales en la implementación de políticas para combatir la desertificación.
La desertificación es un proceso que afecta significativamente al territorio colombiano. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el 23,6% del territorio nacional presenta algún grado de degradación de suelos por desertificación. Además, el 26,7% del país se encuentra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, susceptibles a la degradación. Estas condiciones han sido exacerbadas por prácticas agrícolas insostenibles, cambios en el uso del suelo y fenómenos climáticos extremos.
La cooperación internacional ha jugado un papel crucial en la implementación de estrategias para mitigar la desertificación. Programas conjuntos entre Colombia y países como Estados Unidos han permitido la transferencia de tecnología, capacitación de comunidades locales y el desarrollo de proyectos de restauración ecológica. La reducción de esta colaboración podría ralentizar los avances en la lucha contra la degradación de los suelos y aumentar la vulnerabilidad de las comunidades afectadas.
Es importante destacar que la descertificación no implica una ruptura total de relaciones, sino una reorientación de la asistencia. Sin embargo, la incertidumbre generada por esta decisión puede afectar la confianza de los inversionistas y la continuidad de proyectos en curso. La situación requiere una respuesta coordinada entre el gobierno colombiano, las organizaciones internacionales y las comunidades locales para garantizar la sostenibilidad de los esfuerzos en la lucha contra la desertificación.
Por Laura Barbosa
