El presidente Gustavo Petro volvió a cuestionar los bloqueos económicos y las presiones internacionales que, según ha sostenido en varias oportunidades, terminan afectando de manera directa a las poblaciones civiles y no únicamente a los gobiernos. El mandatario ha insistido en que “bloquear a un país es bloquear a su pueblo”, una afirmación con la que busca subrayar el impacto humanitario que históricamente han tenido estas medidas en distintas naciones.
Petro ha señalado que los bloqueos suelen profundizar crisis sociales, aumentar la pobreza y limitar el acceso a bienes esenciales, por lo que —a su juicio— deben considerarse acciones que vulneran derechos fundamentales. También ha advertido que cualquier presión externa o decisión militar que se adopte sin el consentimiento de los países latinoamericanos constituye una forma de agresión contra la región, pues desconoce su soberanía y compromete su estabilidad.
El jefe de Estado ha llamado a fortalecer los mecanismos de cooperación y diálogo entre los gobiernos del continente, insistiendo en que la defensa de la autonomía latinoamericana debe ser un principio común para evitar escenarios de tensión que puedan escalar hacia crisis mayores.