El presidente Gustavo Petro defendió la decisión del Estado de adquirir el 51 % de la Nueva EPS, asegurando que la aseguradora acumuló deudas históricas bajo gestión privada, lo que afectó gravemente al sistema de salud colombiano.
Según el mandatario, los antiguos accionistas ocasionaron un daño millonario al sistema y esperaban que el Estado asumiera la mitad de la deuda, mientras ellos conservaban beneficios. Petro sostuvo que la intervención estatal permitirá asumir responsabilidades financieras y garantizar mayor estabilidad en la prestación de los servicios de salud.
El presidente también denunció irregularidades en la administración previa de la EPS, incluyendo anticipos sin justificar, falta de reservas técnicas y sobrecostos en medicamentos, además de facturas no reportadas correctamente por más de 12 millones de casos.
Petro afirmó que devolver la Nueva EPS a sus antiguos dueños no es viable, dado que la aseguradora enfrenta un pasivo cercano a los 13 billones de pesos, lo que pondría en riesgo a los accionistas privados si se les restituyera la compañía.
El mandatario concluyó que el Estado debe asumir un papel más activo en la salud pública, protegiendo el sistema y evitando que actores privados se apropien de recursos destinados a la atención de los afiliados.