El presidente Gustavo Petro expresó fuertes reparos frente a la decisión de Estados Unidos de impulsar el cierre del espacio aéreo venezolano, una medida que, según afirmó, carece de fundamento en el derecho internacional y podría generar efectos negativos en la estabilidad regional.
El mandatario colombiano señaló que no existe una norma internacional que avale el cierre del espacio aéreo de un país soberano por la presión o directriz de un tercero. En su análisis, esta acción configura un precedente riesgoso, pues abre la puerta a que potencias extranjeras tomen decisiones unilaterales sobre territorios que no les pertenecen, sin contar con el aval de organismos multilaterales.
Petro enfatizó que las relaciones entre Estados deben regirse por acuerdos internacionales vigentes, particularmente los establecidos por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y por principios básicos de soberanía territorial. Insistió en que “toda decisión que limite la movilidad aérea de un país debe surgir de mecanismos multilaterales y no de imposiciones externas”, lo cual, en su concepto, garantiza transparencia, legalidad y respeto entre naciones.
El jefe de Estado también advirtió sobre las consecuencias políticas y diplomáticas que puede generar una medida de este tipo. A su juicio, acciones unilaterales impulsadas por grandes potencias pueden intensificar tensiones en América Latina y obstaculizar esfuerzos recientes por fortalecer la integración regional. Agregó que la estabilidad aérea y fronteriza es un asunto que exige diálogo, cooperación y apego estricto a las normas internacionales.
Aunque la declaración del presidente generó amplio debate en el ámbito político y diplomático, Washington no ha emitido por ahora una respuesta oficial a las observaciones del Gobierno colombiano. En contraste, sectores académicos y analistas internacionales han advertido que esta discusión abre un nuevo capítulo sobre la vigencia y aplicación del derecho internacional en escenarios de confrontación geopolítica.