Desde Ocaña, Norte de Santander, durante un encuentro del gabinete de gobierno con comunidades y autoridades regionales, el presidente Gustavo Petro expuso propuestas que lleven a la implementación de medidas a corto plazo que permitan a los habitantes empezar a dar el paso de economías ilícitas a una economía de la vida.
“¿Y qué es una economía de la vida?”, se preguntó el mandatario, a lo que contestó explicando que se trata de producir alimentos, oxígeno, limpiar el agua y agroindustrializar los productos agrícolas para que ganen más valor y, por tanto, haya más riqueza en el territorio.
Volver más fácil producir maíz, yuca, cacao, café y cebolla, sostuvo, pero también, poder sacarlos, gracias a vías que permitan incluso exportarlos a países vecinos.
Esta tarea la encomendó, en primer lugar, a las mujeres, porque, dijo, a diferencia del hombre “la mujer tiene una mayor capacidad para construir la vida y, por eso, la violencia en el Catatumbo la puede frenar la mujer”. “Claro -precisó- unida, organizándose, no sola”.
En este sentido aseguró también que “las mujeres pueden levantar la bandera de la paz en el Catatumbo y esto se puede hacer cambiando la economía ilícita de la cocaína por la economía lícita de la vida, no la de la muerte, sino la de la vida”.
También sostuvo que construir una economía de la vida significa salud, agua potable y cuidar a la niñez.