En medio de la tensión que se respira en el Caribe, Nicolás Maduro sorprendió al revelar que recibió una llamada directa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Según contó, el tono no fue áspero ni protocolario: fue “respetuoso y cordial”.
Maduro relató que todo ocurrió “hace unos diez días”, cuando desde la Casa Blanca marcaron al Palacio de Miraflores. “Tuve una conversación telefónica con el presidente Donald Trump”, dijo casi como quien suelta un dato que pocos esperaban oír, especialmente en un momento en el que ambos gobiernos se han cruzado acusaciones y sanciones.
El mandatario venezolano aprovechó para enviar un mensaje de distensión:
“Si esa llamada significa que se están dando pasos para un diálogo respetuoso de Estado a Estado, de país a país, bienvenido el diálogo, bienvenida la diplomacia. Porque siempre buscaremos la paz”.
Sus palabras contrastan con el ambiente de presión en la región, marcado por operaciones estadounidenses en el mar Caribe y una relación bilateral que ha estado congelada durante años.
Por ahora, la Casa Blanca no ha confirmado la llamada. Pero la sola mención del contacto ya mueve el tablero político y abre interrogantes sobre si este podría ser un primer gesto hacia una etapa menos confrontativa.
