En el tablero político colombiano comenzó a moverse una nueva ficha: los sectores de derecha, centro y ultraderecha están explorando la posibilidad de unirse en una gran coalición de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
Las conversaciones, en las que participan figuras como Álvaro Uribe y César Gaviria, buscan articular una fuerza común que haga contrapeso al movimiento del presidente Gustavo Petro.
Aunque la iniciativa aún no define un proyecto político o económico claro, el eje unificador gira en torno al “antipetrismo”, una bandera que, si bien podría movilizar sectores descontentos, también despierta dudas sobre la profundidad de sus propuestas.
En el plano económico, analistas señalan que una eventual coalición de este tipo podría alterar el rumbo de las reformas en curso, afectar la confianza de los mercados y modificar la relación entre el Estado y el sector privado.
Por ahora, el mensaje parece más político que programático: un bloque de oposición dispuesto a reorganizar el mapa electoral, mientras el país se prepara para una nueva contienda marcada por la polarización y la incertidumbre.