A un año de los primeros hallazgos en La Escombrera, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) confirmó la identidad de la quinta víctima, una adolescente de 17 años que había desaparecido en 2002 en la Comuna 13 de Medellín, durante el conflicto armado.
Su desaparición, ordenada por el Bloque Cacique Nutibara, dejó a su familia sumida en la incertidumbre por más de dos décadas. Ahora, gracias al trabajo científico del Grupo de Apoyo Técnico Forense (GATEF) y del Instituto Nacional de Medicina Legal, se logró identificar sus restos encontrados el pasado 15 de julio. Las autoridades avanzan en los trámites para entregar sus restos de manera digna a sus seres queridos, cerrando un doloroso capítulo de espera.
Desde el descubrimiento de La Escombrera en diciembre de 2024, que reveló que el vertedero había sido utilizado como fosa común de víctimas de desaparición forzada, la JEP ha recuperado siete cuerpos, cinco de los cuales ya han sido identificados y algunos entregados a sus familias. Este proceso ha permitido darles voz, memoria y reparación a quienes durante años solo tuvieron silencio y ausencia.
El anuncio de esta identificación no solo recuerda el costo humano del conflicto armado en comunidades como la Comuna 13, sino también cómo la persistencia y el trabajo forense pueden devolver un poco de paz a familias que por demasiado tiempo han vivido en la incertidumbre.
