En los pasillos de la Gobernación del Tolima, la presencia de Jeisson Yara o más conocido “Wow” se reconoce de inmediato. Con su inseparable silla de ruedas y una energía que contagia, llega siempre temprano, dispuesto a trabajar y a tender una mano a quienes lo rodean.
Desde hace más de seis años hace parte de la entidad, tiempo en el que no solo ha demostrado responsabilidad y disciplina, sino también una visión de vida que inspira. Recuerda con humor uno de los sustos más grandes que ha vivido: “Ese día del temblor me dio tanto miedo que casi se me olvida que estaba en la silla de ruedas… por poquito camino”, relata entre risas, mientras sus compañeros celebran la anécdota.
Pero más allá de esas historias que sacan sonrisas, Jeisson tiene un propósito claro que lo impulsa cada mañana: su madre. “Lo más importante en mi vida es mi mamá. Yo madrugo, trabajo y hago todo pensando en ella”, afirma con emoción.
Para él, el trabajo es más que una rutina: es su pasión. “Lo que a mí me gusta trabajar es todo… pero sobre todo poder ayudar a mis compañeros con las cuentas de cobro”, asegura, demostrando que la verdadera satisfacción está en aportar a los demás.
Convencido de que “la discapacidad está en la cabeza”, Jeisson ha encontrado en la Gobernación del Tolima un espacio donde se siente valorado. Y agradece a la gobernadora Adriana Magali Matiz por abrir puertas y generar oportunidades para las personas con discapacidad.
La historia de Jeisson Yara nos recuerda que la fortaleza no se mide por las limitaciones, sino por la actitud con que se enfrenta la vida.