Con la determinación de quien carga un apellido que marcó la historia política de Estados Unidos, Jack Schlossberg, nieto del expresidente John F. Kennedy, anunció que competirá por una curul en el Congreso en las elecciones de 2026.
El anuncio, hecho desde Nueva York, marca el regreso del apellido Kennedy a la arena política nacional. Schlossberg, de 32 años e hijo de Caroline Kennedy, exembajadora en Japón y Australia, buscará el escaño que dejará vacante el veterano congresista Jerry Nadler en el distrito 12 de Manhattan, uno de los más influyentes del país.
“Esta debe ser una generación que transforme su creatividad, su energía y su inconformismo en poder político real”, expresó Schlossberg al formalizar su candidatura. En su discurso, apeló al espíritu de servicio público que caracterizó a su abuelo y defendió la necesidad de “un liderazgo ético, cercano y comprometido con la gente”.
Su anuncio generó tanto entusiasmo como escepticismo. Algunos demócratas lo ven como un rostro fresco capaz de conectar con los votantes jóvenes, mientras que otros advierten que su apellido puede convertirse en una carga simbólica difícil de sostener en una era política más polarizada y menos romántica que la de los años sesenta.
Aun así, Schlossberg parece decidido a escribir su propia historia. Con tono pausado pero firme, dijo que no busca vivir del legado familiar, sino “actualizarlo” en tiempos en los que la política, según él, “ha olvidado la empatía y el servicio”.
El apellido Kennedy vuelve así a pronunciarse en el Capitolio, esta vez en voz de una nueva generación que quiere demostrar que la herencia no solo se lleva en la sangre, sino también en la responsabilidad con el país.