La líder política Ingrid Betancourt anunció oficialmente la lista de 20 candidatos al Senado por su partido Verde Oxígeno para las elecciones legislativas del próximo año. Conocida como la “Selección Antipetro”, esta nómina refleja tanto su postura de oposición al Gobierno de Gustavo Petro como la intención de integrar perfiles diversos que combinen experiencia política, compromiso social y memoria histórica.
Encabezando la lista se encuentra Sofía Gaviria Correa, politóloga y exsenadora, reconocida por su labor con víctimas del conflicto armado. Le sigue Óscar Ortiz González, abogado con trayectoria en movimientos ciudadanos y gestor de la “séptima papeleta” constitucional. La lista también incluye a Beatriz Uribe Botero, experta en vivienda y desarrollo urbano, y Silverio Gómez Carmona, economista y periodista, quienes aportan perfiles técnicos y de gestión.
De manera simbólica, la lista integra figuras que representan la memoria del conflicto: Deisy Doreli Guanaro, secuestrada por las FARC siendo niña, y John Frank Pinchao, expolicía también secuestrado, ambos protagonistas de historias de resistencia y superación.
En el ámbito académico y de la salud se destacan el cirujano Óscar Horacio Franco y la psicóloga Julia Gutiérrez Jalilie, mientras que Germán Antonio Marmolejo Rentería representa los derechos de las comunidades afrodescendientes del Chocó y Antioquia. Otros nombres relevantes incluyen a líderes en tecnología, infancia y cultura, como Eliana Bejarano, Sara Enith Morales y Arturo Cuéllar.
Curiosamente, Ingrid Betancourt se posiciona en el puesto 10 de la lista, un movimiento estratégico que busca sumar fuerza sin ocupar la cabeza de lista.
Según Betancourt, este grupo representa “un equipo que juega limpio por la libertad, la democracia y el futuro de un pueblo que no se rinde”. La conformación de esta lista busca equilibrar la experiencia política con el liderazgo técnico y la representación de quienes han sufrido el conflicto armado.
El partido Verde Oxígeno apuesta a consolidarse como alternativa frente al petrismo, aprovechando tanto el reconocimiento de Betancourt como el capital simbólico de figuras como Pinchao y Guanaro.
El nombre “Selección Antipetro” ha generado opiniones divididas. Mientras algunos destacan la claridad del mensaje y la estrategia política, otros critican el enfoque confrontacional hacia el Gobierno actual.
El regreso de Betancourt a la política activa marca, además, un reencuentro con su pasado legislativo: dejó el Congreso en 2001 antes de ser secuestrada por las FARC en 2002, y ahora retoma un papel protagónico en la arena política nacional.
