‘El futuro de nuestros hijos está en la tierra donde cultivamos yuca, plátano y maíz’, dice líder campesina del Cesar

Las 21 familias beneficiarias del predio cuyo nombre era La Grosería y ahora es 20 de Julio, en el departamento del Cesar, han comenzado a transformar la tierra que semanas atrás recibieron de manos de la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, y del director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), Felipe Harman. Dejaron atrás los cultivos de palma de aceite para darles paso a siembras de maíz, yuca, plátano y coco.
En el proceso de transformación de su tierra iniciaron la construcción de estanques piscícolas, con los que se alimentan los beneficiarios de las 364 hectáreas entregadas por el Gobierno nacional. El predio 20 de Julio cuenta con un área sembrada cercana a las 30 hectáreas, principalmente de maíz, plátano y yuca.
“En abril entregamos la finca 20 de Julio, de 364 hectáreas, a 21 familias del movimiento campesino, quienes ahora consolidan su derecho a la tierra y a una vida digna con la Reforma Agraria”, afirmó el director de la ANT, quien destacó que el Gobierno del Cambio ha entregado más de 25.000 hectáreas de tierra a campesinos y grupos étnicos en el Cesar.
La corporación Lucha y Siembra es la organización campesina que recibió el predio, localizado en zona rural del municipio de Chimichagua, aunque por ubicación geográfica y proximidad la conexión habitual es con Curumaní. Los nuevos herederos de la Reforma Agraria decidieron pasar del monocultivo, que caracterizaba ese territorio, a diversificar la producción agropecuaria.
Nayibe Suárez Padilla, madre cabeza de hogar, quien junto con sus dos hijos es beneficiara de la tierra entregada por la ANT, expresa lo que significa para ella y su familia contar con un pedazo de tierra propio.
“Antes de recibir esta tierra fue un proceso muy duro, pero gracias a Dios la situación se resolvió a nuestro favor y esta tierra es de nosotros, estamos seguros porque el Gobierno nos la entregó. El futuro de nuestros hijos está aquí, donde cultivamos yuca, plátano, maíz, regando pasto”, resaltó.
Jhonilson Quiroga Pérez, otro de los beneficiarios de la Reforma Agraria en el Cesar, afirma que la tierra de la familia es buena para “sembrar de todo”.
“Estamos muy contentos cultivando en nuestra propia tierra. Este es un logro porque ya tenemos un lugar para trabajar. Gracias a Dios y a la Agencia Nacional de Tierras, ya tenemos donde sembrar, y nuestros hijos ya cuentan con un apoyo. Esta tierra es muy buena para sembrar de todo” manifestó.
Entre tanto, Alexandra Pineda Ortiz, asesora de la Dirección General de la ANT, resaltó las iniciativas campesinas en el Cesar.
“Eso que hacen estas familias tiene un valor significativo y para nosotros, como institución, nos lleva a garantizar que el programa Sembrando Vida es una realidad en el corto plazo en la región”, recalcó Pineda.

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