En el peaje Pipiral, ubicado en la vía que va de Bogotá a Villavicencio, y en el peaje Ocoa, en la ruta que conecta Villavicencio con Acacias, se registraron detonaciones de dispositivos improvisados y una granada.
A pesar del potencial destructivo, el personal y la infraestructura de estas estaciones salieron ilesos.
La respuesta de las autoridades fue inmediata. La presencia del Ejército y la Policía Nacional se intensificó en los lugares afectados, donde actualmente realizan operativos de registro y control.
A pesar de los intentos de desestabilización, la movilidad vehicular no ha experimentado retrasos significativos, manteniendo el flujo regular del tráfico.
Mientras tanto, las investigaciones por parte de los organismos competentes están en curso para identificar y capturar a los responsables de estos actos de violencia.
Estos eventos se suman a un precedente preocupante; exactamente hace ocho días, el 11 de diciembre, el peaje de Boquerón en el municipio de Chipaque, Cundinamarca, fue el escenario de otro ataque.
La violencia de ese día dejó como saldo dos empleados de la Concesionaria Vial Andina, Coviandina S.A.S., lesionados.
Autora: Danna Londoño