Dos ciudadanos venezolanos, identificados como Yendri Omar Velásquez Rodríguez y Luis Alejandro Peche Arteaga, resultaron heridos en un ataque armado ocurrido en el norte de Bogotá. Ambos eran exiliados políticos que habían solicitado protección internacional en Colombia tras denunciar persecución en su país de origen.
El hecho, ocurrido a plena luz del día, generó preocupación entre organizaciones de derechos humanos y comunidades migrantes. La Defensoría del Pueblo pidió una investigación inmediata y recordó la obligación del Estado colombiano de garantizar la seguridad de quienes buscan refugio dentro de sus fronteras.
El caso pone en evidencia la vulnerabilidad de miles de personas que llegan al país huyendo de la represión. Aunque Colombia se presenta como tierra de acogida, muchos migrantes viven entre el miedo y la incertidumbre. Lo ocurrido con Velásquez y Peche revive una pregunta incómoda: ¿están realmente seguros los perseguidos políticos en suelo colombiano?
