Una luz de esperanza llega desde la Amazonía colombiana. El Ministerio de Ambiente informó que en los primeros tres meses de 2025 la deforestación cayó un 33 %, con una pérdida de 27.052 hectáreas de bosque frente a las 40.219 hectáreas registradas en el mismo periodo del año pasado.
La ministra Lena Estrada Añokasi explicó que esta reducción es el resultado de mayor presencia institucional, políticas de control más firmes y acciones concretas para frenar la ganadería extensiva, la minería ilegal y los cultivos ilícitos. “No podemos bajar la guardia, pero estos datos muestran que sí es posible proteger nuestros bosques cuando hay voluntad política y compromiso con las comunidades”, señaló la funcionaria.
Aun así, algunas zonas siguen siendo vulnerables, especialmente parques nacionales como la Serranía de La Macarena y Chiribiquete, donde la presión de actividades ilegales continúa. Las autoridades recalcan la importancia de mantener y reforzar los controles en estas áreas estratégicas para la biodiversidad.
Para las comunidades amazónicas, esta disminución no es solo un número en un informe: significa resguardar su territorio, mantener sus modos de vida tradicionales y proteger la riqueza natural que sustenta la región y el planeta. Cada hectárea que deja de talarse representa un árbol, un río y un hábitat que se salva, así como una oportunidad para que las generaciones futuras puedan disfrutar de un ecosistema vital.
El Gobierno resalta que este avance ambiental también refleja un compromiso político: demuestra que es posible aplicar estrategias efectivas incluso en regiones históricamente difíciles, donde la presencia del Estado ha sido limitada. Para los expertos y ciudadanos que luchan por la conservación, estos resultados son una señal de que la Amazonía colombiana todavía puede recuperarse y fortalecerse si se mantienen las políticas y la conciencia social.