A menos de un año de las elecciones presidenciales, el movimiento oficialista atraviesa su momento más tenso. La coalición Pacto Histórico enfrenta una fractura interna luego de que el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, anunciara su retiro de la consulta que definiría el candidato presidencial de la izquierda.
Quintero denunció presuntas “trampas electorales” y acusó al Consejo Nacional Electoral de interferir en el proceso. El CNE respondió señalando que la consulta no era exclusivamente interna, sino interpartidista, lo que cambió las condiciones jurídicas y desató un enfrentamiento abierto entre las dos orillas del bloque progresista.
El episodio ha generado fisuras visibles dentro del Pacto Histórico. Algunos sectores piden mantener la unidad en torno al legado del presidente Petro; otros reclaman una renovación que se aleje de su figura. Mientras tanto, la oposición observa la división con expectativa, anticipando un reacomodo en el tablero político.
En este ambiente de incertidumbre, la izquierda busca no perder su narrativa de cambio ante una ciudadanía cada vez más escéptica. Lo que ocurra en las próximas semanas podría definir no solo el futuro del Pacto, sino el tono de la contienda presidencial de 2026.