Por Laura Cristina Barbosa Cifuentes
La Corte Suprema de Justicia confirmó de manera definitiva la condena contra cuatro exintegrantes de la Policía Nacional por su responsabilidad en el asesinato del joven grafitero Diego Felipe Becerra, ocurrido en 2011, y por el posterior montaje del crimen para encubrir los hechos.
El caso se remonta al 19 de agosto de 2011, cuando Becerra, de 16 años, fue abatido por el exagente Wílmer Antonio Alarcón Vargas en una zona del norte de Bogotá. Tras el homicidio, los policías involucrados intentaron simular un enfrentamiento armado implantando un arma en la escena, pero los peritajes forenses demostraron que no había indicios de disparos realizados por la víctima, ni residuos de pólvora en sus manos.
La Corte Suprema determinó que el asesinato fue deliberado y que existió un plan coordinado de encubrimiento. Como resultado, el excoronel en retiro Nelson de Jesús Arévalo Rodríguez fue condenado a 19 años y 5 meses de prisión, mientras que los exagentes Juan Carlos Leal Barrero, Fleyber Leandro Zarabanda Payán y Wílmer Alarcón Vargas también recibieron condenas confirmadas por el alto tribunal, aunque con algunas modificaciones en la duración de sus penas.
La Sala Penal destacó que los hechos exceden las funciones legítimas de la fuerza pública y, por lo tanto, no corresponde su investigación ante la Justicia Penal Militar. Esta decisión marca un hito en la lucha contra la impunidad en casos de abuso policial y reafirma la responsabilidad de las autoridades en el uso legítimo de la fuerza.
Tras más de una década de espera, la ratificación de la condena cierra una etapa fundamental del proceso judicial y envía un mensaje claro sobre la importancia de la justicia en Colombia frente a violaciones de derechos humanos cometidas por agentes del Estado.
