El gobierno colombiano, bajo la administración del presidente Gustavo Petro, decidió eliminar un arancel del 10% sobre las materias primas como el hilo, con el objetivo de apoyar a los confeccionistas frente a la competencia de plataformas internacionales como Shein, Temu y AliExpress.
La medida ha sido bien recibida por los confeccionistas, quienes dependen en un 95% de las importaciones debido a la limitada capacidad de los hilanderos locales. Según este sector, la eliminación del arancel permitirá mantener la competitividad y asegurar la continuidad de sus negocios frente a los productos importados a bajo costo.
Sin embargo, los hilanderos y algodoneros han alertado sobre los riesgos de la medida, advirtiendo que podría llevar a la quiebra a varias fábricas locales, poner en peligro miles de empleos y profundizar la crisis de una industria que ha pasado de más de 30 fábricas a solo seis en los últimos años.
Sindicalistas y sectores laborales critican a los confeccionistas por priorizar las importaciones sobre la producción nacional y piden al gobierno buscar un equilibrio que proteja a ambos sectores. Por su parte, la administración asegura que la medida responde a la alta dependencia de insumos importados y a la necesidad de mantener la competitividad frente al mercado internacional.