En un hecho histórico para la región, Colombia y otros 16 países de América Latina y el Caribe firmaron en Cartagena una declaración conjunta que reconoce la educación superior como un derecho humano fundamental. El acuerdo busca garantizar que acceder a la universidad no sea un privilegio, sino una oportunidad real para todos, sin importar el lugar de nacimiento o las condiciones económicas.
El documento, adoptado en un contexto global marcado por desigualdades sociales, crisis climática y brechas tecnológicas, compromete a los países firmantes a promover una educación superior inclusiva, equitativa y sostenible. También plantea la necesidad de fortalecer la movilidad académica, la pertinencia social de los programas y el financiamiento público de las universidades.
Durante el evento, el ministro encargado de Educación, Ricardo Moreno, destacó que la iniciativa representa “un paso decisivo hacia una educación más justa y transformadora”, orientada a enfrentar los desafíos contemporáneos como la transición energética, la migración forzada y los impactos de la inteligencia artificial.
“Garantizar la educación superior como un derecho es abrir las puertas del futuro a millones de jóvenes que hoy sienten que el sistema les da la espalda. Este pacto nos invita a construir sociedades donde el conocimiento sea la base de la libertad y la igualdad”, expresó Moreno.
Para Colombia, el reto ahora será convertir este compromiso en acciones concretas que fortalezcan el acceso, la permanencia y la graduación de estudiantes en zonas rurales, territorios fronterizos y comunidades históricamente excluidas.
Con esta declaración, el país reafirma su apuesta por una educación pública que forme ciudadanos críticos, creativos y comprometidos con el cambio social.
