La economía colombiana dio un salto importante en el tercer trimestre de 2025: el PIB creció un 3,6 % respecto al mismo periodo del año anterior. Para quienes han esperado señales de recuperación, este dato llega como un soplo de esperanza.
Gran parte de ese empuje viene del interior: el consumo de los hogares creció y el gasto público se disparó un 14,2 %, lo que demuestra que el Estado está activando su papel para dinamizar la economía. Las familias también están más confiadas, gastando más en bienes y servicios, lo que reafirma que la demanda interna sigue siendo el motor principal de este repunte.
Al mirar qué sectores jalonaron el crecimiento, se ve una historia más rica: la administración pública, la defensa, la educación y la salud crecieron un 8 %, aportando fuertemente al total del PIB. Además, el comercio, el transporte, el alojamiento y los servicios de comida crecieron 5,6 %, lo que refleja cómo las personas vuelven a moverse, comprar y vivir más activamente sus vidas. La industria manufacturera también se vio beneficiada, con un crecimiento del 4,1 %, lo que sugiere que la producción nacional está encontrando un nuevo ritmo.
No obstante, no todo fue perfecto. Sectores más tradicionales como la minería y la construcción tuvieron retrocesos: la minería cayó un 5,7 % y la construcción se contrajo 1,5 %. Eso nos recuerda que el crecimiento todavía no es homogéneo: hay áreas que deben fortalecer su recuperación.
Al hacer el ajuste por estacionalidad, el crecimiento fue del 3,4 %, lo que confirma que el avance no solo es fuerte, sino también sostenido.
Este respiro económico tiene un trasfondo humano potente: más gasto social, más movimiento comercial y una industria que poco a poco retoma aire. Para muchos colombianos, significa más empleo, oportunidades y esperanza. Pero también hay responsabilidad: para que esta recuperación dure, será clave que la inversión privada siga creciendo, especialmente donde aún hay rezago.
En definitiva, la economía colombiana está encontrando un nuevo impulso. No es solo un número: es una señal de que el país puede reconectarse con su potencial y construir un camino de crecimiento más estable y próspero para todos.