El director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carrillo, volvió a encender la polémica política en Colombia al referirse al ministro del Interior, Armando Benedetti. En sus declaraciones, Carrillo calificó a Benedetti como representante de la política tradicional y aseguró que, ante las investigaciones que lo rodean, “muy seguramente va a terminar en la cárcel”.
El cruce de palabras se da en medio de tensiones que incluyen cuestionamientos sobre la gestión de recursos públicos y la ejecución presupuestal en proyectos como los del Fondo de Adaptación, donde Carrillo ha señalado posibles irregularidades y baja eficiencia en el uso de los recursos.
Por su parte, Benedetti no se quedó callado. A través de sus redes sociales lo calificó de “mediocre, fanfarrón y farsante” y anunció que interpondrá una demanda penal por injuria y calumnia, alegando que estas declaraciones afectan su buen nombre.
El intercambio de acusaciones refleja no solo un enfrentamiento entre dos figuras políticas, sino también un debate más amplio sobre transparencia, ética y eficiencia en la gestión pública. Carrillo defiende sus declaraciones como un llamado a que los ciudadanos conozcan cómo se manejan los recursos y a que las investigaciones en curso sigan su curso sin presiones políticas.
Mientras tanto, la opinión pública sigue pendiente de cómo avanzarán las investigaciones y las decisiones judiciales que podrían afectar a Benedetti en los próximos meses.
