Cancillería aborda usos lícitos de la hoja de coca y política migratoria de España

En la más reciente emisión de El Puente, espacio creado por el Ministerio de Relaciones Exteriores para acercar a la ciudadanía a los temas clave de la agenda internacional, el Gobierno nacional insistió en la necesidad de replantear la forma en que la comunidad internacional clasifica la hoja de coca.

También se presentaron los principales efectos que tendrá la nueva política migratoria de España sobre la población colombiana residente en ese país.

La transmisión se llevó a cabo este martes a las 7:00 a. m. a través de las plataformas digitales de la Cancillería.

Durante el espacio, el Gobierno del Cambio reiteró su postura frente a la actual clasificación de la hoja de coca en la Lista I de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961, donde figura junto a sustancias consideradas altamente peligrosas.

Según explicó la Cancillería, esta inclusión se basa en un informe carente de rigor científico elaborado en los años cincuenta, lo que ha favorecido una visión estigmatizante que ignora el valor tradicional, cultural y terapéutico de la planta, así como su potencial para generar alternativas de desarrollo sostenible en los territorios.

En ese contexto, Colombia y Bolivia presentaron una solicitud conjunta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que se inicie un proceso formal de revisión.

Esta iniciativa deberá pasar primero por el Comité de Expertos en Farmacodependencia de la OMS, antes de llegar a la Comisión de Estupefacientes, que será la encargada de tomar una decisión final.

El objetivo: que la regulación internacional se base en evidencia científica, principios de salud pública y derechos humanos, y no en prejuicios históricos ni intereses geopolíticos.​

Además, se compartieron datos que respaldan el uso tradicional de la planta. La hoja de coca contiene nutrientes como vitaminas A, B1, B2 y C, así como minerales como hierro, calcio y fósforo.

En su estado natural no genera adicción, y estudios toxicológicos han demostrado que su consumo tradicional, como en infusiones o mambeo, no representa riesgos significativos para la salud.

Con estos argumentos, el Gobierno impulsa una estrategia internacional que permita aprovechar legalmente la hoja de coca en sectores como el agrícola, medicinal, cosmético y agroindustrial.

Este enfoque busca no solo romper con el paradigma prohibicionista, sino también aportar a la paz en regiones golpeadas por el narcotráfico, reconociendo la hoja como un símbolo de identidad para comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas.

En la segunda parte del encuentro, se analizó la evolución de la política migratoria de España.

La Cancillería explicó que se mantiene atenta a los efectos que estos cambios puedan tener sobre los colombianos que viven en ese país y reiteró su compromiso de seguir fortaleciendo la atención consular, mediante canales de cooperación bilateral que garanticen la dignidad, la integración y el acceso a nuevas oportunidades para la diáspora.

 

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