Boom de autos eléctricos en Colombia: el país avanza hacia la movilidad sostenible, pero la infraestructura se queda atrás

Colombia vive un momento histórico en movilidad eléctrica. Entre enero y julio de 2025, se han vendido 8.859 vehículos eléctricos, un aumento del 179 % frente al mismo periodo del año anterior. Solo en octubre, se matricularon 2.090 autos eléctricos, el récord mensual más alto registrado, y representaron el 8,3 % de todos los vehículos nuevos vendidos en el país.

Este crecimiento no es casualidad: cada vez más colombianos buscan alternativas sostenibles, motivados por la reducción de emisiones y la eficiencia energética. Las cifras demuestran un cambio de mentalidad: mientras los autos híbridos también ganan terreno, los vehículos completamente eléctricos están consolidándose como una opción real para la movilidad urbana y regional.

Pero detrás del entusiasmo, surge un desafío evidente: la infraestructura de carga no crece al mismo ritmo que las ventas. Actualmente, hay un cargador público por cada 33 vehículos eléctricos, una proporción insuficiente que genera incertidumbre entre quienes desean adoptar esta tecnología. En muchas ciudades pequeñas y tramos intermedios, la falta de estaciones y de talleres capacitados complica la experiencia de los usuarios.

Empresas como Terpel y Enel han anunciado la instalación de estaciones de carga rápida en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, pero los expertos advierten que estas medidas no serán suficientes frente al crecimiento exponencial del parque eléctrico. La falta de inversión en infraestructura amenaza con frenar el impulso de un sector que, hasta ahora, muestra cifras históricas y un interés creciente de los colombianos.

Para quienes ya se han sumado a la electromovilidad, este momento es más que un cambio tecnológico: es un estilo de vida que combina conciencia ambiental, ahorro de combustible y un futuro más limpio. Sin embargo, para que esta transición sea sostenible y accesible para todos, el país necesita más cargadores, más talleres especializados y políticas que acompañen a los ciudadanos en este cambio.

El auge de los autos eléctricos en Colombia refleja no solo un crecimiento económico, sino también una oportunidad para transformar la manera en que nos movemos, reducir la contaminación y apostar por ciudades más sostenibles. El reto ahora es que la infraestructura y la inversión acompañen este entusiasmo ciudadano para que la movilidad eléctrica deje de ser un lujo y se convierta en una opción viable para todos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *