Carlos Alberto Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan, Michoacán, fue asesinado a tiros la noche del sábado mientras participaba en las celebraciones del Día de Muertos junto a su familia. El ataque ocurrió durante el Festival de las Velas, un evento público en la plaza principal de la ciudad, en presencia de ciudadanos y medios locales.
A pesar de contar con un esquema de seguridad conformado por 14 elementos de la Guardia Nacional y agentes municipales, los agresores aprovecharon la exposición del alcalde en el escenario para dispararle. Manzo fue trasladado de inmediato a un hospital, donde falleció poco después. En el lugar, un presunto atacante fue abatido y otros dos detenidos por las autoridades.
Manzo Rodríguez, quien asumió el cargo como presidente municipal en septiembre de 2024 de manera independiente, había denunciado previamente la creciente presencia del crimen organizado en la región y solicitó mayor apoyo federal para la seguridad. En su último discurso público, expresó su preocupación por la violencia que afecta a los servidores públicos en Michoacán.
El asesinato ha generado la condena inmediata de autoridades federales y estatales. La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que “no habrá impunidad” y convocó a una reunión de emergencia del Gabinete de Seguridad. El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, confirmó la apertura de todas las líneas de investigación para dar con los responsables.
La muerte de Carlos Manzo Rodríguez se suma a la creciente violencia contra autoridades locales en México, particularmente en estados con fuerte presencia de grupos criminales, y plantea serias preguntas sobre la seguridad en eventos públicos.
