La violencia en Colombia volvió a cobrar la vida de una joven. Angie Pahola Tovar, estudiante universitaria, fue hallada sin vida luego de haber sido secuestrada por las FARC. Su muerte conmociona a familiares, amigos y a la comunidad educativa, que expresan dolor e indignación por este nuevo hecho que refleja la persistencia de la violencia armada en el país.
Angie era una estudiante con sueños y proyectos, una vida que fue interrumpida de manera abrupta y violenta. La noticia no solo duele, sino que también indigna, al evidenciar cómo los grupos armados que aseguran luchar por el “pueblo” continúan siendo verdugos de esa misma población. Además, genera miedo y preocupación en la sociedad, al mostrar que la violencia puede volver a permear la vida cotidiana.
La universidad de la joven ya emitió un comunicado lamentando los hechos, pero muchos esperan que la reacción no se quede solo en palabras. Líderes estudiantiles y ciudadanos llaman a que se condene con fuerza a los responsables y se exija justicia.
“No se puede hablar de paz mientras seguimos enterrando a nuestros jóvenes”, señalan distintos colectivos. La muerte de Angie Pahola Tovar representa un recordatorio urgente de la necesidad de proteger a los estudiantes y de fortalecer los mecanismos de seguridad frente a la violencia armada en el país.
Las autoridades continúan investigando los hechos y buscando a los responsables del secuestro y asesinato de Angie, mientras la sociedad exige respuestas y medidas que eviten que tragedias como esta se repitan.