La saliente directora de la Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), Angie Rodríguez, fue víctima de amenazas contra su hijo y de incursiones de desconocidos tanto en su vivienda como en la de sus padres, según informaron fuentes cercanas a la funcionaria.
Estos hechos ocurrieron antes de que el presidente Gustavo Petro le solicitara su renuncia, generando preocupación sobre la seguridad de los funcionarios públicos y sus familias. Los ataques, que incluyen intimidaciones y presencia de extraños en sus domicilios, reflejan un nivel de hostigamiento que va más allá del ámbito político.
Rodríguez, quien lideró la Dapre en un momento clave para la coordinación administrativa del gobierno, enfrentó así una situación que mezcló presión institucional con amenazas personales, lo que según expertos aumenta la vulnerabilidad de quienes ocupan cargos de alto nivel.
Organismos de seguridad y familiares han insistido en la necesidad de medidas de protección efectivas para la funcionaria y su entorno cercano, mientras el caso se mantiene bajo seguimiento de las autoridades competentes.
La situación abre un debate sobre la seguridad de los funcionarios públicos en Colombia y los límites de la presión política frente a la vida personal de quienes desempeñan roles estratégicos en el gobierno.