Tras su reciente absolución en un proceso judicial que se extendió por siete años, el expresidente Álvaro Uribe Vélez recupera un papel central en la política colombiana. Desde su finca en Rionegro, Antioquia, ha liderado reuniones con figuras como César Gaviria, Germán Vargas Lleras, Sergio Fajardo e Ingrid Betancourt, con el objetivo de consolidar una gran coalición de derecha de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
Aunque Uribe ha evitado declaraciones públicas extensas tras su absolución, su influencia se mantiene. La coalición que impulsa busca combinar propuestas de seguridad y austeridad con algunos elementos sociales, configurando un contrapeso frente al bloque de izquierda del Pacto Histórico.
Este movimiento tiene varias implicaciones:
- Reafirma que la oposición conservadora busca unidad anticipada frente al calendario electoral de 2026.
- Representa un reto directo al Gobierno del presidente Gustavo Petro, que enfrenta desgaste y necesita consolidar su base.
- Demuestra que Uribe, pese a los escándalos judiciales, sigue siendo un actor determinante en la construcción de alianzas políticas.
Analistas advierten que los próximos meses serán clave para definir la estructura de la coalición, los candidatos y la estrategia electoral, en un contexto marcado por la polarización política y la incertidumbre sobre los resultados de la próxima contienda presidencial.